Los especialistas se orientan cada vez más hacia la hipótesis de que los robos de los cadáveres de niños del cementerio de Miramar pueden tener relación a prácticas espirituales. Se descarta la venganza personal.
MIRAMAR.- La desaparición de los cadáveres de Ciro Lescano (4 meses) y Liam Rodríguez (2 años) del cementerio de Miramar es el tema central de una ciudad en la que convive una mezcla de sensaciones y las hipótesis que se inclinan hacia rituales religiosos como móvil principal.
Fuentes consultadas por LA CAPITAL, aseguran que “prácticamente no existe posibilidad de que ambos cuerpos hayan sido sustraídos previo a su sepultura, sino que fueron desenterrados”.
La actividad policial continuó este martes con un rastrillaje del que participaron unos 40 efectivos de policía comunal, bomberos y gendarmería por la zona sur del vivero dunícola.
Mientras tanto, durante la mañana el intendente Germán Di Cesare recibió en su despacho al titular de la sub DDI, Octavio Olmedo para interiorizarse sobre el desarrollo de la investigación.
Por decisión de altas autoridades de las fuerzas de seguridad, los investigadores locales no brindan prácticamente información del proceso, aunque se sabe que la principal hipótesis para destrabar este dilema está orientada a que los cadáveres sean utilizados para supuestos rituales u otro tipo de accionar de estas características poco conocido.
Por el momento, es difícil comprobarlo pero existen situaciones que llaman la atención de los investigadores, como por ejemplo la , red de complicidades que actúa desde los casos de Otamendi.
El hallazgo de la bermuda y la camisa, ropa con la que fue sepultado Liam Rodríguez también sigue originando ciertos interrogantes. Si bien sus padres comprobaron que las prendas pertenecían al pequeño niño fallecido, existen controversias de cómo fueron encontradas y en qué condiciones.
Si se toma en cuenta que el cuerpo del niño fue robado en febrero, previo al encofrado de cemento de la tumba, de acuerdo a las pericias químicas esas prendas producto del sol, la lluvia, presencia de animales, la humedad del suelo y demás, debieran haber sufrido una degradación mayor. Ante esta circunstancia no se descarta que la indumentaria haya sido guardada y luego colocada allí una fecha más cercana al hallazgo.
La causa se investiga en Mar del Plata, en la fiscalía Descentralizada pero con la intervención transitoria de los fiscales Alejandro Pellegrinelli y Leandro Arévalo.
Conferencia de prensa
Este martes a las 18, el intendente municipal Germán Di Cesare brindará una conferencia de prensa en su despacho donde se espera otorgue novedades sobre la investigación.
Por lo pronto, se dio a conocer el avance en la Cámara de Diputados de la Nación, al menos en reunión de comisión, del Proyecto de Ley para la incorporación como delito de la “Profanación de Cadáver”, que actualmente figura como contravención.
Cabe señalar, que el Código Penal Argentino sólo contempla un accionar delictual para estos casos en su artículo 171, el cual detalla que, “sufrirá prisión de dos a seis años, el que substrajere un cadáver para hacerse pagar su devolución”.
El mencionado proyecto que ingresó el 31 de mayo del año pasado fue impulsado por las familias Fernández y Aranda (casos de Otamendi), el Municipio de General Alvarado, comunas lindantes y vecinos quienes buscaron “subsanar el vacío legal existente en nuestro ordenamiento penal frente a conductas aberrantes y humillantes que merecen una clara sanción penal”, como expresaron los fundamentos.
Según figura en la su carilla, fue firmado por Daniel Arroyo, Marcela Passo, Carlos Selva, Mirta Tundis y Alejandro Snopek (UNA), Adriana Nazario (Córdoba Trabajo y Producción) y Victoria Donda (Libres del Sur).
Cámaras y custodia
Durante los últimos días comenzó el accionar del municipio para reforzar la seguridad en el interior del cementerio de Miramar. Primeramente fueron colocados una serie de reflectores en puntos estratégicos para mejor iluminación nocturna.
Desde este martes, comenzó la instalación de 16 cámaras que serán monitoreadas a través de un circuito cerrado.
Entre otras acciones pensadas por las autoridades municipales también se baraja la posibilidad de colocar al menos dos policías fijos de guardia las 24 horas.